Mierda para todos
- noviembre 8, 2023
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Este curso escolar lo he empezado “revuelta”. Yo que soy de circunloquios te voy a resumir, no puedo soportar que a medida que avanza la inteligencia artificial y ya me permite hacer una imagen decente sin mover ni un lápiz mi hijo siga haciendo multiplicaciones de cinco cifras por tres cifras como si fuera a descubrir gracias a ellas la cura contra la estupidez humana.
Lo siento, me desespera. Y vendrá alguien y me dirá pero multiplicar es muy importante. ¡Claro que sí! No muy, súper importante. Pero hacer multiplicaciones de cinco cifras por cuarenta y nueve cifras como si fueras a ir a ¡Qué apostamos!, NO, eso es una pérdida de tiempo.
Pero se concentran. Pues sí, eso es verdad. Ciertamente es un ejercicio de alta concentración. Te lo compro.
Pero ¿durante cuánto tiempo? Porque de 5 a 7 minutos perfecto, por encima de eso la concentración desciende al inframundo. No es que no quieran o quieras es que el cerebro te manda a freír churros o explota, una de dos.
Y explotar es feo que manchan mucho los sesos volando por ahí.
La atención enfocada se estima entre 10 y 20 minutos, es verdad, que aún no tenemos experimentos demostrativos pero los experimentales arrojan esos valores.
Prometo por Snoopy que si mañana la ciencia dice que una persona se puede concentrar 120 minutos seguidos con máxima atención quemo este post en la hoguera del cibermundo.
Y no son solo las multiplicaciones, ¡ojalá!
Por cierto, por si alguien no lo sabía aún, hay calculadoras. permitidme creer que lo importante es el concepto de las cosas porque ya no hay profesiones de contable con su lapicero detrás de la oreja y una maquinita con un papel enrollado soltando números como si fuera un martillo percutor.
Quiero decir, y aunque lo haga con broma e ironía, es una verdad tan obvia que parece que no la entendemos: el mundo cambia.
Multiplicar es clave, claro que sí, pero… no a base de estropear el aprendizaje. Igual que es importante saber poner acentos o saber dónde cae Nueva York o que el calcáneo es un hueso fundamental para la especia humana.
Hay que saber cosas, pero ¿a qué precio?
“El show debe continuar, ¡mucha mierda!”
Sabiduría popular
Con esta situación he decidido hacer mi propio experimento.
He cogido 25 cazuelas, todas distintas, grandes, pequeñas, medianas, con asa, sin asa, con la base rota, de vitrocerámica, de gas…y he hecho lentejas en ellas. En todas la misma receta de lentejas.
Exactamente igual.
Menudo circo. Solo echando las lentejas la he liado parda. Muchas cazuelas se me han desbordado y en otras no he cubierto ni la base de lentejas.
No te digo nada cuando les he puesto sal, a todas la misma, claro. Todas iguales. Unas muy sosas, otras muy saladas, otras bien.
Y el mismo tiempo de cocción. Menuda humareda he preparado.
Al final todas las cazuelas han salido una mierda.
Todas.
Dirás, alguna habrá salido bien ¿no? Pues no, porque incluso las que más o menos se podían comer estaban o pasadas de agua, o flojas, o el laurel se había deshecho… Un ¡pffhghg!, sí, se podían comer… pero…
Ya supones que no tengo una cocina tan grande. Y que la metáfora me gusta porque me baja los niveles de enfado y me sube la dopamina que es un primor. Me río sola escribiendo y me da un gustillo enorme.
No te voy a decir eso de “¿ves? no podemos tratar a 25 personas igual” está más visto que el tebeo.
Lo que te voy a decir es que si mandamos la misma tarea a 25 personas, porque es lo que les hace falta a 25 personas, exactamente igual a las 25… es que hay muchas personas en el mundo que no saben hacer lentejas y eso es una pena hoy en día…
Luego llegará la inteligencia artificial irá a tu casa, hará las lentejas, le quedarán de rechupete y ¿tú que harás? ¿sabrás crear una sobremesa de diálogo y valor o…? ¿o estarás haciendo la lista de los reyes godos a dos colores en el cuadrito tercero después del margen?
No lo digo en broma, os garantizo que no. La educación necesita de personas que no den mierda para todos, sino que deseen en todo caso “mucha mierda” para esta obra de teatro en la que no tenemos ni idea de cómo es el segundo acto.
Pasado el drama, vayamos a la flor de hoy. Esta flor tan típica de estas fechas no la inventaron en EEUU para las pelis de Navidad. La trajeron de México, se llama Poinsettia o en azteca, su origen, Cuitlaxóchitl que significa “cuítlatl”, mierda y “xóchitl”, flor, es decir, “Flor de Mierda”.
Permitidme el chiste por favor, y tú ¿cueces o enriqueces?