Lo único que atrapa es la emoción

Las empresas se desgañitan buscando cómo vender más y generan documentación de marketing que puede colapsar bibliotecas. Y está bien. Muy bien.

Aunque yo a veces paseando por los supermercados (sí, paseo por los supermercados) me parece que se les olvida un poquito la base.

La base es más simple que el mecanismo un bote, “lo único que atrapa es la emoción”.

La emoción puede ser ética o no. Esto también es obvio. Puedo hacer una venta manipulativa, o incluso chantajista o apelando a la culpa por existir y matar al panda si no compras esas nuevas legumbres.

O puedo buscar mecanismos de venta éticos que apelen a emociones valiosas que contribuyan a una mejora social. Vamos lo de la “paz en el mundo” y tal. Yo ahí no me voy a meter, cada palo que aguante su vela.

El único lugar que me compete directamente es mi blog. Y no voy a apelar a “no serás feliz-rica-delgado-sexy… si no sigues mi blog”.

Mira no, si eres feo según la Teoría de la Gestalt o de la Proporción Aurea yo no puedo hacer nada por cambiar esas teorías, pero si puedo hacer algo para sacarte una sonrisa de Duchenne.

Y no me pidas que te explique que son esas teorías ni ese tipo de sonrisa que para eso está Google o mi amigo Chati, mucho más majo, por cierto.

Lo que sí voy a contarte ya es porqué hay flores en las entradas del blog.

Investigando el enfoque que quería darle al nuevo blog fui pensando que variables fijaba y cuáles dejaba que fueran libres.

Los temas no quería cerrarlos mucho, a sabiendas de que antes o después (o quizá nunca) habría más de algunos temas que de otros.

También sé que se irán creando muletillas y hashtags nuevos como pasó con el blog de #3conlasmaletasacuestas. Es parte del proceso de la escritura. Por eso hay tantas sagas de libros, es bastante difícil matar a los personajes, salvo que mueran en la obra.

Descubrí también que mi competencia sería la inteligencia artificial de contenidos y que de algún modo nos teníamos que hacer amigas para convertirnos en colaboradoras y no en enemigas.

Y tuve claro que la única manera de atraparte, si es que hay alguien leyendo al otro lado es: ATRAPAR TU EMOCIÓN.

“Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de contribuir con el mundo y hacerlo mejor”.

J.K. Rowling, autora de la serie de libros de Harry Potter.

Pero claro, yo no sé si estás hoy emocionada o ansiosa, ilusionada o decepcionada, nerviosa o distraída. Y tampoco quiero cambiar esa emoción porque hay que transitar todas.

¿Entonces? Entonces lo único que puedo hacer que aporte es: sostenerla. Pero ¿cómo la sostengo en cada post si un día voy a hablar de viajes y otro de la mierda del sistema educativo que hoy en concreto me tiene con una tristeza inmensa?

La única manera es: atrapar tu emoción para que sepas que este es un lugar sereno.

Y por sereno no hablo del mundo de Tarta de Fresa mezclado con Disney y con banda sonora a lo “Dancing Queen” de ABBA.

Hablo de serenidad de verdad, de poder estar y ya. Y una manera que he encontrado buscando investigaciones científicas es regalar flores.

En 2005 Jeannette Haviland Jones, Holly Hale, Patricia Wilson y Terry Mcguire realizaron una investigación sobre el efecto positivo de las flores. Recogen en su investigación algo muy bello. Durante más de 5.000 años, en mitad de guerras, hambrunas o situaciones de desesperación los humanos hemos dedicado tiempo a cultivar flores. Algo que, salvo para las floristerías, no tiene aparentemente una recompensa tangible.

A través de tres estudios distintos: solo con mujeres, con mujeres y hombres y con personas mayores constataron que las flores son inductoras de emociones positivas, y que estas emociones perduraban en el tiempo e incluso en los casos de personas mayores mejoraban su memoria episódica.

Lo más curioso de este estudio, es que decían que no había un ámbito científico que ofrezca una teoría de porqué ocurre.

Pensé que harían una propuesta basada en la respuesta neurológica de nuestro cerebro a la naturaleza y a la regulación del sistema nervioso que ofrece exponernos a ello. Pero no, su propuesta nos dejaba de lado a nosotros y proponía que las flores cultivadas eran unas supervivientes gracias a generarnos esas emociones positivas.

Me atrapó tanto la emoción del desconcierto de leer esto que decidí jugar a lo mismo.

Yo te regalo flores para que mis posts pervivan. ¿Recuerdas? Lo del marketing y eso. Solo que yo me quedo más a gusto sí sé que por lo menos te induzco una sonrisa de Duchenne, la que dicen que es una sonrisa verdadera. 

Hoy girasoles, la flor de la alegría.

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