Hilos de aprendizaje

Soy curiosa. Me gusta saber cosas. Cuántas más cosas aprendo más conexiones soy capaz de hacer.

Hace unos meses publiqué en Instagram unas “stories” con un ticket de la compra. Con él recorría muchos contenidos de primaria. Matemáticas, lengua, naturales, inglés… hasta religión. Si vas a mi Instagram lo puedes ver en las stories destacadas. 

Lo hice por diversión y también un poco por tocarle las narices al Sistema Educativo. Que tengo que decirte que no me hace ni caso y supongo que me tiene bloqueado el teléfono por pesada.

Una madeja es, por definición, “hilo recogido en vueltas iguales y grandes”. Y un hilo, dice el diccionario, que es un “filamento de material diverso, en especial el metálico y flexible”.

Nuestras conexiones neuronales no son hilos, porque son más bien impulsos eléctricos y reacciones químicas pero podemos imaginarlas como hilos. Y a nuestro cerebro como esa madeja que los alberga.

Nuestro cerebro no se organiza como una estantería de la biblioteca municipal que en la zona A están las revistas de muebles y en la N la novela infantil.

Nuestro conocimiento es tan flexible como un hilo, podemos retorcerlo, cambiarlo de forma, tejerlo, cruzarlo con otro hilo, hacerle nudos. Y le encanta jugar, es como un gatito con la madeja. Deshace y deshace.

Los conocimientos están para darles “un para qué sirven” no “un para quién sirven”.

A nuestro conocimiento también le flipa conectar cosas pero nos da miedo en muchos casos.

¿Y sí esto no me lo enseñaron así? ¿Y sí pongo en un informe de contabilidad una frase de un filósofo griego (Pitágoras por ejemplo, matemático además de filósofo) y me echan? ¿Cómo voy a hacer una sesión de meditación antes de una reunión de producción? ¿En serio nos vendría bien trabajar de pie en el despacho de abogados?

Tendemos a estancar los conocimientos y etiquetarlos. Los de marketing que tengan un futbolín pero a los de contabilidad les ponemos té inglés en tazas que no cabe ni una cucharilla. Los conocimientos están para darles un para qué sirven no un para quién sirven.

Entender esto te permite desde tu posición ir deshaciendo madejas de conocimiento y conectando hilos nuevos de aprendizaje.

Si lo vendes bien te llamarán disruptivo, si lo vendes mal te llamarán tarada.

Pero si lo comunicas con ciencia y evidencia como base puede que te elijan o no, pero en todo caso te dará igual la etiqueta que te pongan.

Empieza por hacerte una pregunta nueva cada día. Eso vamos a hacer en este blog. Vamos a conectar conocimientos y ver cómo podemos aplicarlos en cualquier ámbito.

Algo así hace la gente esa de innovación, ósea yo, o eso dicen, eso… y como dice una buena maestra que tengo “tomar café”.

De esto hablamos en otro post.

FELIZ NUEVO CONOCIMIENTO

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