Busca las diferencias y encuentra tu valor diferencial

Es muy típico en el mundillo del networking, de la imagen de marca, del cómo venderte… y estas películas, que a veces dan más miedo que un túnel a las 3 de la madrugada, hablar del valor diferencial.

En la red hay 80.300.000 resultados sobre ello y Google tarda 0,36 segundos en decírtelo.

Las primeras entradas te dicen ¿cómo saber cuál es tu valor diferencial? Y te dan un sinfín de consejos para hacerlo. Haz una matriz DAFO, un brainstorming, una encuesta a tus buyer persona… y otras tantas.

Y todas me parecen interesantes, es más, creo que he usado todas en algún momento u otro.

Y de todas estas técnicas hay otras 700 millones de entradas. Entonces ¿qué leñe hago yo escribiendo este post si ya está todo escrito?

Pues algo muy sencillo, he decidido inventarme una nueva dinámica para saber cuál es el valor diferencial para aquellas empresas que son más pequeñitas, o que están empezando, o que su síndrome de la impostora ha decidido comerse su valor diferencial como si fuera el Pac-Man.

Este post seguramente sea el 80.300.001 y no lo lea casi nadie, pero igual lo leen las personas de la red de la Escuela Conecta (de esto ya hablo otro día) y ya con eso me vale.

Voy a inventarme una dinámica sobre valor diferencial, me he dicho hoy antes de dormir. 

Vamos a jugar. Coge papel y lápiz. ¿Jugar? Sí, jugar.

El juego es un elemento de comunicación y pensamiento muy potente. Nos diferencia de una ameba, y seguro que no quieres ser una ameba.

¿Has jugado alguna vez a las 7 diferencias? Si la respuesta es no tenemos un grave problema de juego en la sociedad. Pero espero que la respuesta sea SÍ.

Pues bien, dibuja tu negocio y otro negocio como el tuyo.

Ese que dices, pero ¿cómo voy a vender yo más zapatos si ya hay otra zapatería en esta calle?

O ese que dices ¿cómo voy a hacer yo un servicio de consultoría si esta otra empresa lleva 15 años y la conoce hasta mi abuela?

Píntalos, en serio, píntalos. Como quieras. Puedes pintar su escaparate y el tuyo. Su web y la tuya. Su imagen de marca y la tuya. Puedes pintarte a ti y a los otros.

Lo que quieras. Y ahora busca las 7 diferencias. Regálate este tiempo.

Tu escaparate tiene eso que pensaste para que quedara a la vista de una persona en silla de ruedas.

Tus folios son reciclados.

Tu imagen de marca la hizo tu hijo porque no podías pagar un diseño.

La silla de tu despacho es la que usaba tu padre que también era delineante.

Tus pelotas de yoga las compraste hinchadas y no te cabían en el coche.

Tus diferencias hablan de tu empresa, de tu valor diferencial.

No hay que hacer técnicas con nombres extraños porque todas nacen del mismo lugar.

Nuestro cerebro necesita tener identidad propia para sobrevivir. De esa identidad nacen nuestras ideas y por tanto nuestros negocios.

Volver a utilizar las funciones cognitivas básicas de reflexión y cuestionamiento a través del dibujo como función motora que engancha directo con nuestro cerebro nos permite descubrir nuestro valor diferencial.

Y ese es el que te hará vender más y de manera distinta.

Y luego ya sí, te toca darle al plan comercial… de comunicación… etc… pero sin cimientos no hay edificio.

De esas cosas, igual hablamos otro día. Si veo que aporta un valor diferencial. 

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