Con esta entradilla ya sabes dónde vamos a viajar hoy desde estas letras, ¿verdad?
Si no lo sabes te he hecho sentir un poco mal.
Si lo sabes te has sentido sabia o sabio.
Y es que, a veces, damos por sentadas cosas que son obvias para nosotras y no lo son para otras personas, así que no sabemos lo que pueden sentir.
Así que permite que me disculpe y empiece de nuevo.
Salam. Shalom aleijem. La paz sea contigo. Hoy quiero llevarte, con esta entradilla, a la maravillosa Toledo.
Dicen de Toledo que durante años abrazó tres culturas: judía, musulmana y cristiana. Ni más ni menos que durante 374 años, desde que cayó Rodrigo, el último rey visigodo, en el año 711 hasta el año 1085 cuando Alfonso VI conquistó la ciudad y les dijo a los que estaban allí “venga que os podéis quedar pero todos en paz y armonía”. Algo así pero más “señorial” sería. Se convierte Toledo entonces en centro de las culturas musulmana, cristiana y judía, se crea la Escuela de Traductores de Toledo y durante el siglo XII acuden a a ella sabios y estudiosos de toda Europa.
Yo, la verdad, que me suena bonito y te resuena en los oídos pero no acabo de imaginar tanta paz y armonía porque el ser humano…es ser humano y va de serie lo de “este es de los míos y este no”. Así que, yo me imagino más bien un “tú ahí y yo aquí, tu no pegas, yo no pego, tu me enseñas esto y yo lo otro… pero cuidado que como tu criatura se enamore de la mía la liamos parda”.
Pero, bueno, esto es solo mi imaginación y yo de historia de Toledo sé entre poco y nada. Si hay personas de historia en la sala que se manifiesten y nos den luz para sacarnos del cuento de hadas de las tres culturas o para meternos de lleno en él.
Con este intríngulis a ti ya te tienen que haber entrado ganas de ir a Toledo. ¿Cómo no vas a querer entrar en la (atenta al nombre) Ermita “mezquita” del Cristo de la Luz? Si ya solo que se mantenga ese nombre es un toda una declaración de intenciones de convivencia del siglo XXI (en el que estamos) que luego pues… solo se cumple en el nombre en Google. Ya sabemos que eso de la diversidad y tal se nos da un poquitillo mal.
Esta mezquita se llamaba en realidad Bab al-Mardum y, de las diez mezquitas que llegó a tener Toledo, es la mejor conservada. Pero tiene otra cosa muy chula y es que debajo de ella hay restos romanos. Tachán. “Están locos estos romanos” que no paran de aparecer por todos lados que diría Obelix.
Además de esta preciosidad, suma a la lista (coge aire por si te ahogas al leer): Real Colegio de Doncellas Nobles, Iglesia de los Jesuitas, San Juan de los Reyes, Santo Tomé, dónde encontrarás la obra culmen del Greco “El Entierro del Señor de Orgaz”; la Iglesia del Salvador, la Catedral de Toledo, el Alcázar con su Museo del Ejército (vistas “guanchis” desde la cafetería), Museo de El Greco, Monasterio e Iglesia de San Juan de los Reyes, Museo de Santa Cruz, murallas, puerta de Bisagra y de Alfonso VI, puente de Alcántara y puente de San Martín, Ermita de la Virgen del Valle, sinagoga del Tránsito y Santa María la Blanca.
Respira que seguimos con los monumentos de “Patrimonio Desconocido”. Que les han llamado así pero podrían haberles llamado “otro montón de cosas que te flipas de Toledo”: Baños de las Tenerías, Cueva de Hércules, Convento de los Concepcionistas, Convento de Santa Isabel, Bóvedas romanas de Nuncio Viejo, Sótanos y pozo de El Salvador, Mezquita de El Salvador, Termas Romanas.
¿Has recuperado el resuello? Pues más o menos así vas a ir viendo Toledo. Un poquito ahogado porque si algo la caracteriza son las cuestas. Cuesta para arriba, cuesta para abajo. Puedes hacer trampa y usar el ascensor pero no mola tanto. Mejor buenas zapatillas, agua y a darle. Si es verano, madruga mucho. Cuando digo mucho es a las 8:00 en la Plaza del Zocodover, centro neurálgico de la ciudad antigua.
Si necesitas repostar pues por supuesto un mazapán de Toledo que te metes un chute de azúcar (del malo, ¿eh?) que te das la vuelta por fuera andando viendo como el Tajo envuelve esta ciudad.
Y es que este es el otro punto que no puedes perderte, las vistas desde el Mirador del Valle. Si puedes llegar en un momento en el que no haya “trescientos dos millones de personas” mejor que mejor, pero es complicado porque es un lugar fascinante al amanecer, al atardecer, en pleno mediodía…
Ves Toledo cambiar de color con la luz y puedes imaginar esas calles de ¿convivencia? de tres culturas y se te corta la respiración.
Y para cerrar, la pregunta del millón, pero Cris ¿de los 27 lugares que has dicho a cuál voy si solo tengo un fin de semana? Pues ni idea.
No sé lo que te gusta, si eres de arcos de herradura o góticos, si te van los sitios con una leyenda bajo sus muros o mejor pasando de historietas (apunte, Toledo tiene una media de 5 leyendas por calle).
Elige lo que te gusta, investiga un poco, decide, disfruta de esa decisión, acepta si la cagas y dices mejor pasar del Greco la próxima vez (nuestro caso, lo siento Doménikos, no eres tú, soy yo).
Lo que sí puede decirte es que a Toledo tienes que ir.
FELIZ VIAJE. Salam. Shalom aleijem. La paz sea contigo.